Hábitos dañinos en la administración del Talento
El principal recurso
de toda empresa es su talento humano. Son variados los casos en los que las
instituciones actúan desconociendo esta verdad. Todas las organizaciones tienen
problemas en los cuales siempre están involucrados el personal. El manejo de los líderes, su estilo
de gestión y actitud son herramientas valiosas que determinan el crecimiento y
desarrollo de una institución, no importa del tipo que sea, educativa.
Desconocimiento de su cultura corporativa
La alta gerencia, los
ejecutivos y los fundadores casi siempre concuerdan en sus evaluaciones sobre
esa cultura de sus organizaciones. Infortunadamente, estas apreciaciones
reflejan muy poco la manera como la mayoría de los empleados percibe a la
empresa. Vista desde la lata gerencia, la cultura se parece mucho al palabrerío
que las relaciones publicas divulga en las páginas web de la compañía; por
ejemplo: “Creemos apasionadamente en diversidad, la innovación y la
responsabilidad social corporativa”. Pero vista desde la base donde los valores
de una organización se deducen masivamente, al entrevistar a la mayoría de los
empleados, las organizaciones se ven muy distintas; es decir, no parecen tan
grandiosas. Aquellos lideres a quienes les gusta engañarse deberían consultar
páginas web fuentes abiertas al público (como Glassdoor.com), que registran la
experiencia de los empleados en su ambiente de trabajo, dando así una visión
mucho más realista de su experiencia.
Confundir el compromiso del empleado con su felicidad
Aunque el compromiso
del empleado merece toda la atención del mundo, este concepto ha sido
mancillado por la industria de la autoayuda
la cual sostiene que compromiso es igual a felicidad. No obstante el
principal propósito del trabajo no es hacer feliz a la gente, si no productiva.
Y el compromiso importa mucho, precisamente, porque está muy ligado a la
productividad; algo que tiene dos aristas: primero los colaboradores comprometidos
se sienten mas energizados y ven el trabajo con mucho mas significado, lo cual
los convierte en personas mas productivas-, y segundo, cuando a los empleados
se les da la oportunidad de ser productivos, se sienten orgullosos de sus
logros, lo que a su vez aumenta su compromiso. Notemos que en este caso la
felicidad esta por fuera de la ecuación. En efecto, muchos empleados están
comprometidos sin estar necesariamente felices; y de igual manera es muy
factible que los empleados estén felices sin necesidad de estar comprometidos o
ser más productivos. En pocas palabras, los gerentes deberían poner desafíos
significativos a sus empleados, en lugar de preocuparse por aumentar su
felicidad.
Ignorar el efecto dañino de la política laboral
Todas las compañías
son organizaciones políticas; sin embargo, en su gran mayoría subestiman este
aspecto, así como el grado en que las
políticas pueden eclipsar decisiones inteligentes y racionales. Por décadas,
los psicólogos han estado estudiando la política laboral, definida como esas
fuerzas orientadas a maximizar los intereses propios de ciertos individuos a
expensas de la organización .Estos estudios proveen evidencia muy convincente
de los efectos adversos de la política en la productividad y el bienestar de los
empleados. Mas notable aun es que las percepciones de la política de oficina
han estado ligadas a mucho estrés, intenciones de renunciar a la empresa y
degaste, así como a la insatisfacción laboral y la falta de compromiso de los
empleados. La mayoría de estas asociaciones se encuentran a lo largo y ancho de
distintos sectores de trabajo, grupos de edad y culturas, lo que convierte a la
política organizacional en una epidemia.
Malinterpretar el liderazgo
Pocos temas son tan
discutidos con tantas seriedad (y tan investigado) como el liderazgo. Sin
embargo, los conceptos populares sobre liderazgo no están sintonizados con la
ciencia del liderazgo, al tiempo que los profesionales en recursos humanos
están mucho más expuestos a esta última. Como resultado, existe una gran
diferencia entre lo que las organizaciones realmente hacen con respecto al
liderazgo y lo que deberían hacer. Por ejemplo, casi todas los gerentes y estos
también se cumple en los lideres sénior son seleccionados bien por experticia
técnica o por su carisma personal., cuando la cualidad de construir y
comprometer equipos. Para empeorar las cosas, los líderes carismáticos suelen
ser narcisistas, que ponen su interés por encima de los de sus equipos y de la
organización.
Como resultado, un
buen liderazgo es algo raro, mientras que incompetencia gerencial es la norma.
Para confirmarlo fíjense en los siguientes hechos: un presidente ejecutivo está
en su cargo en promedio durante 18
meses: la falta de compromiso es una epidemia mundial (el 70% de los empleados
reporta no estar comprometido con la organización); las causas principales de
la falta de compromiso y las razones más esgrimidas en las intenciones
subyacentes de abandonar el trabajo están relacionadas son los gerentes
directos de las personas; y para terminar, las tasas de autoempleo ha estado
creciendo vigorosamente, gracias principalmente a que la gente está harta de
las malas gerencias.
Una reciente encuesta
en desarrollo de programas de liderazgo e ha duplicado en las ultimad os
décadas realizada por la Universidad de Harvard demostró que el 70% de los
estadounidenses cree que hay una crisis nacional de liderazgo, y pese a ello el
gasto en desarrollo de programas de liderazgo se ha duplicado en las últimas
dos décadas (hasta los 14,000 millones de dólares).Llegó la hora de que las
organizaciones seleccionen y desarrollen a la gente con el potencial real de
liderazgo, en lugar de estar escogiendo individuos que son buenos tanto para
navegar en el panorama corporativo como para avanzar en sus propios intereses,
o de estar ajustando el estereotipo popular de los líderes carismáticos y
maquiavélicos.
Confiar en la intuición en vez de la información
Sin lugar a dudas,
este es el perjudicial de todos los pecados de la administración de talentos, porque
subyace en los cuatros puntos anteriores. ¿Cómo puede uno administrar apropiadamente el talento sin
saber que tan talentoso son los empleados? A pesar de la riqueza que solo ofrecen los datos y de la evidencia
disponible sobre liderazgo, las organizaciones en su mayoría administran la
eficiencia organizacional por oído, y toman decisiones sobre ascensos y
contratación de personal basados solo en la intuición de sus líderes, de los
miembros de juntas directivas y de sus gerentes. Aunque los sesgos de
razonamiento son universales para todos
los seres humanos, en los gerentes se pronuncia aun más, al menos porque ellos
tienden a demostrar una confianza mas sobrada en sí mismos que el resto de los
mortales comunes y corrientes. Permitir que la intuición prolifere sin medición
ni chequeo es dejar que florezcan prejuicios de todo tipo, al tiempo que el
verdadero talento se menoscaba.
Sin duda, de vez en
cuando, la intuición si funciona, pero solo cuando está bien sembrada en el
terreno de la experticia. Entonces aquí no se trata de erradicar por completo
la intuición, sino de alinearla con los hechos y la razón, con el fin de hacer
que las decisiones intuitivas sean más efectivas.
En conclusión, si las
organizaciones son capaces de valorar su cultura correctamente, energizar su
personal, minimizar la influencia de la política laboral y saber evaluar el
potencial de liderazgo, serán más capaces de desempeñar con mucha más
eficiencia que sus competidores. Y la, mejor manera de lograrlo no es confiando
en las corazonadas viscerales de sus líderes, sino siguiendo un enfoque,
sustentando con datos y científicamente informado.
La
autora es Psicóloga.
Entiendo que los Hábitos de trabajo de una persona son los que hacen eficientes labor y desempeño, los mismos le facilitan aprender desempeñarse y demostrar sus capacidades.
ResponderEliminarYO entiendo en este texto ay personas que menos precian a las personas tratando de ver que son inoperante en su trabajo en su vida personal .,pero todos tenemos algo que aprender y algo que enseñar
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