Familia, carácter y personalidad.

El ser humano es el resultado de su herencia, experiencia y el tiempo. Su composición genética predispone un patrón que se dinamiza con el ambiente socio-familiar donde se desarrolla y socializa con los demás; todo esto mientras transcurre el tiempo y se transitan las diferentes etapas de la vida y en todo ese proceso se configura y reafirma la personalidad.

Muchas personas no saben cómo han logrado la personalidad que tienen y confunden personalidad con carácter. La personalidad es el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás, es una estructura de carácter psicológico e identifica al ser humano individual durante toda su vida. La personalidad está profundamente enraizada en cada ser humano.

¿Existen diferencias entre personalidad y carácter? Estamos ante dos términos que pueden ser utilizados conjuntamente al complementarse en gran medida, pero no debemos  nunca utilizarlos como si fueran procesos sinónimos. El carácter es el conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento que se han  adquirido durante la vida y que dan especificidad al modo de ser individual.

El papel de la familia es básico para el desarrollo, no solo físico, sino mental y social de cada ser humano. La familia es la agencia psíquica de la sociedad. Al adaptarse el niño a su familia, adquiere el carácter que después lo adoptará en las tareas que deba ejecutar en la vida social. Este le induce a desear lo que debe hacer, y cuyo núcleo comparte con la mayoría de los miembros de la misma cultura.

El ambiente tiene una incidencia inmensa en estas constituciones cognitivas y conductuales, será potenciado también de manera muy diferente e individual. La formación del carácter se determina por el efecto de las experiencias vitales sentidas en ese contexto social; el ambiente jamás es el mismo para dos individuos, la diferencia en su constitución física y temperamental los hace experimentar el mismo ambiente de manera diferente.

El hecho de tener y mostrar una personalidad sana y ecuánime es un elemento social que asegura mucho el éxito de las personas, porque esas competencias llamadas blandas, como la sociabilidad, la empatía y la solidaridad marcan las relaciones sociales y los vínculos firmes de la convivencia social.

Este tipo de persona que sabe convivir con lo demás, evolucionan su comunidad, todo escenario lo potencian, inciden en otros, cambian, superan y transforman las circunstancias adversas, son resilientes. 

En La Información Digital:
http://www.lainformacion.com.do/noticias/opinion/columnas/9108/familia-caracter-y-personalidad

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