Globalización e identidad


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Dra. Luz Rosa Estrella

Es evidente que el nuevo siglo ha traído cambios importantes y notables en todas las sociedades, cambios que todos los pueblos enfrentaron, estando más o menos listos para la transculturalización y la globalización, un proceso que puede ser positivo, pero en términos generales no lo es.

Para la cultura de un pueblo la globalización puede ser un juez y dispondrá de sus costumbres disipándolas o agrandándolas a su conveniencia, y hará que esas culturas sacrifiquen hasta su patrimonio para sostener su ritmo voraz.

La globalización conduce a conductas relativistas, en las que todo es puesto en duda y si no en matices, pero la globalización no es un proceso dirigido que va a respetar lo que una sociedad ya tiene estipulado y ese es el gran lado oscuro de la globalización, puede descomponer la cultura, que crea seres humanos sin humanidad, sin empatía, sin identidad.

La globalización ha venido dejando egoísmo, esa forma de pensar que nos dice que sólo nosotros somos importantes en la vida, que sólo nosotros valemos y merecemos, pero más que nada que sólo nosotros somos dignos de nuestro propio respeto y consideración, destruyendo de esa manera uno de los principales componente de las culturas no globalizadas: la familiaridad y la hermandad. Nos hace olvidar aquellos valores que tenemos por naturaleza: solidaridad, amistad, sociabilidad, etc., nos convierte en personas irritantes e intratables, además de intolerantes, que genera otros comportamientos más destructivos. No nos permite reconocer que aquel desconocido es un ser humano también, nos quita la inocencia y la humildad, elementos indispensables para sostener relaciones interpersonales adecuadas y ser felices.

Nos crea modas, lentes de sol más grandes que nuestra cara, para hacernos ciegos del verdadero sentido de la vida, para ocultar nuestra verdadera identidad ante un mundo que nos menosprecia y nos subvalora, sólo por no tener rostros “perfectos” o no ser flacos, altos y esbeltos, porque tenemos que parecernos a otros y que como estampida consumista nos lanzaremos a comprar, sin darnos cuenta que cada cosa nos conduce más al precipicio y nos aleja de lo correcto y de nuestra propia identidad, porque ya no nos parecemos a nosotros, nos parecemos a otros.

La globalización y el capitalismo llevan al consumismo, porque el consumismo genera dinero al que vende, y sin darnos cuenta al final a lo que nos conduce todo esto es que la vida globalizada solo conduce a vender, comprar y trabajar, todo para generar dinero, todo para mayores lujos, todo lo hacemos sin considerar si ciertamente necesitamos tanto, si tiene sentido una vida así, si alguna vez esto nos hará felices.

Al final nuestro medio ambiente es el que paga el precio de nuestros lujos, de nuestros derroches y desperdicios, nuestra vida será enferma y vacía, y todo aquello que se uso para sostener nuestra existencia no resultó ser más que un mal gasto, lo que termino ocultando su existencia bajo una identidad ajena, dejando así a un lado la oportunidad de vivir, de disfrutar la naturaleza, de aceptar y valorar a la persona no lo que tiene.

La autora es Psicóloga
luzrosaestrella@gmail.com

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