El constructivismo desde su aplicación en el Nivel Básico de la Educación Dominicana: Un estudio a partir de las actitudes del profesorado.

Investigación Científica

Dra. Luz M. Rosa Estrella

Resumen
El constructivismo se ha oficializado en la educación dominicana a partir del año 1995. Diferentes investigaciones plantean la existencia de serias dificultades para asumirlo, debido a múltiples causas relacionadas con problemas de: motivación, formación, tiempo, planificación, recursos didácticos y actitudes de resistencia a los cambios. Se ha planteado la necesidad de aplicar el enfoque constructivista para alcanzar los propósitos de la educación. Para la aplicación de éste, la actitud del profesorado se constituye en un factor fundamental. Por lo que esta investigación se propuso identificar la interacción entre formación docente y práctica educativa a nivel de aula, y su incidencia en la conformación de las actitudes prevalecientes en el profesorado ante la implementación del constructivismo. Las actitudes se abordaron a la luz de sus componentes cognitivo, afectivo y conductual, bajo el paradigma Naturalista. Para la aplicación de un enfoque se debe contar con el involucramiento y la identificación del profesorado. Para lograr un cambio en el sistema educativo, se debe escuchar sus voces y tomarlas en consideración, así como garantizar una formación permanente, que fortalezca la reflexión, la autoevaluación y la metacognición constante sobre lo que hace y ocurre en el aula.

Palabras Claves: Actitud, Constructivismo, Educación, Formación docente, Práctica educativa.

Introducción
La implementación del constructivismo, se ha reivindicado como el marco metodológico fundamental en todos los niveles del Sistema Educativo Dominicano. Esto conlleva, necesariamente, a una formación, a una práctica y una actitud favorable en el profesorado. En las investigaciones consultadas se presentan situaciones, donde la realidad de la escuela, difiere de lo que debe ser esta práctica educativa. Se evidencia, que a pesar de la formación recibida por el profesorado, en su práctica educativa no hay una adecuada aplicación de las estrategias constructivistas. Diversos estudios presentan conclusiones de que su aplicación no guarda relación alguna con la formación recibida (Lombert, 2002), no obstante, otros resultados han señalado que la no aplicación es consecuencia de una formación deficiente en el profesorado. Se considera, que la formación del profesorado es fundamental para un desempeño adecuado en el trabajo docente.

Las investigaciones, no cuestionan la importancia y la posibilidad de la aplicación del constructivismo, al contrario, varias ejemplifican como la implementación de las estrategias han posibilitado el logro de objetivos de aprendizajes en diferentes contextos y niveles educativos. En las indagaciones para la elaboración del Plan de Desarrollo de la Educación (2002) del Sistema Educativo Dominicano, se encontró que las estrategias utilizadas por el profesorado, con mayor frecuencia son: las expositivas que fomentan la pasividad y la memorización, contrariando las propuestas en el currículo. Se hace necesario que el profesorado asuma su papel de mediador en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Esperando que éste asuma una actitud favorable y no de rechazo ante el constructivismo.

Lo relativo a la actitud conlleva una atención especial, por cuanto si no es favorable, lo propuesto se convertirá en fracaso, cuando no logrará un éxito a medias. Reportando, los estudiosos de esta temática, tres posiciones frente al cambio: primera, quienes lo ven con indiferencia; segunda, los que se oponen abiertamente, y tercero, quienes lo asumen de manera activa y entusiasta. No se evidencia la prevalecía de esta última.

Por lo tanto, se busca generar una reflexión acerca de la calidad de la educación básica en República Dominicana, por medio del análisis de las actitudes del profesorado en la aplicación del constructivismo, con el objetivo de identificar la interacción entre formación docente y práctica educativa a nivel de aula, y su incidencia en la conformación de las actitudes prevalecientes en el profesorado ante el enfoque constructivista.

Contexto de la Investigación

Se asume el constructivismo como un enfoque pedagógico de trabajo en el proceso de enseñanza y aprendizaje (fundamentado por las teorías de Piaget, Vigotsky, Ausubel, Bruner, entre otros), que se debe desarrollar de manera activa y constructiva, en el cual la enseñanza debe ser un acto de intencionalidad.

Se coincide con Carretero (1997), en que el constructivismo es la idea de que el individuo –tanto en los aspectos cognitivos y sociales del comportamiento como en los afectivos– no es un simple producto del ambiente, ni el resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se produce día a día como resultado de la interacción entre esos factores.

Desde esta concepción, se considera que la labor de enseñanza, implica asumir estrategias metodológicas que puedan atender a los saberes previos del alumnado, a sus necesidades cognitivas y afectivas. Como señala Méndez que éste “tome en cuenta los estilos de aprendizajes y las características psicosociales” (2003:97). Lo anterior conlleva a la identificación del profesorado con lo que hace, a tener una claridad precisa sobre los fines y principios de la educación, así como también una formación pertinente y sobre todo un conocimiento del grupo de alumnos con que trabaja.

A partir de esta postura, se asume al y la estudiante, como la persona que se constituye en un sujeto integral, pensante, innovador, e imaginario. Poseedor de un potencial intelectual, y la educación es el recurso fundamental para propiciar el espacio para su desarrollo en lo académico y en el socio-afectivo.
Martínez en el 1997, señaló que la formación del profesorado debe privilegiar la formación de los procesos reflexivos, tanto por lo que se refiere a su vertiente teórica (conocimiento de lo que significa reflexionar sobre la práctica, de su importancia en el ejercicio de la docencia y de cuáles son los procesos, métodos y técnicas que favorecen la reflexión) como en su vertiente práctica que exige a los futuros profesores ejercitarse en la reflexión, sobre los procesos formativos en los que se encuentran implicados como estudiantes, que tomen contacto con modelos concretos de reflexión sobre la práctica y con profesores reflexivos.
La formación docente debe proporcionar los marcos conceptuales esenciales sobre la educación, sus fundamentos, principios, objetivos y fines para lograr una identificación con su carrera profesional y su rol a desempeñar, lo que se traduce en una actitud favorable para implementar las innovaciones y asumir los paradigmas educativos vigentes o contradecirlos con fundamentos.
Liston y Zeichner han considerado que la formación profesional recibida por el profesorado “debe aspirar directamente a educar a docentes capaces de identificar y organizar sus propósitos, de escoger las estrategias pedagógicas o los medios adecuados, que conozcan y comprendan los contenidos que deben enseñar, que comprendan las experiencias sociales y las orientaciones cognitivas de sus alumnos y con quienes pueda contarse para dar razones de sus acciones” (1997:64).
Al igual que Rodríguez, se concibe la actitud como “…una organización duradera de creencias y cogniciones en general, dotada de una carga afectiva a favor o en contra de un objeto social definido, que predispone a una acción coherente con las cogniciones y afectos relativos a dicho objeto.” (1993:338). La actitud está compuesta por tres elementos, a saber: el Cognitivo, el Afectivo y el Conductual, los tres están íntimamente interrelacionado, y han permitido establecer la llamada concepción tridimensional en la formación de las actitudes (Morales y cols, 1994). A través de los cuales se estudió la interacción entre la formación docente y la práctica educativa en la conformación de las actitudes del profesorado ante el constructivismo.
En tanto, las estrategias de enseñanza son consideradas “procedimientos que el agente de enseñanza utiliza en forma reflexiva y flexible para promover el logro de aprendizajes significativos en los alumnos” (Mayer, 1984; Shuell, 1988). En opinión de Beltrán (1995), citado por Gallegos (2001) la estrategia “es un conjunto de actividades mentales cumplidas por el sujeto, en una situación particular de aprendizaje, para facilitar la adquisición de conocimientos”.

Todo aprendizaje significativo supone una construcción que se realiza a través de un proceso mental que finaliza con la adquisición de un conocimiento nuevo. Pero en este proceso no es solo el nuevo conocimiento lo que se ha adquirido, sino, y sobre todo, la posibilidad de construirlo. Es decir, el pensamiento ha abierto nuevas vías intransitables hasta entonces, pero que a partir de este momento pueden ser de nuevo reconocidas. (Coll, 1994).

A nivel nacional se debe priorizar el desarrollo de una formación docente caracterizada por una conjugación entre la teoría y la practica, lograr que el profesorado se identifique con los objetivos y principios de la educación, y asuman su compromiso con la sociedad.

El Recinto Luis Napoleón Núñez Molina (RLNM), es un centro de formación docente del sector público, junto con los Centros Educativos Fidel Jorge Sánchez y Mauricia Perelló Rochet, ambos del Nivel Básico del Distrito Educativo 08-03 de la Regional 08 de Santiago, fueron los escenarios donde se desarrolló esta investigación. Además, fue necesario realizar un grupo focal con autoridades del Distrito Educativo 08-03.

Metodología utilizada

La metodología utilizada en esta investigación se enmarcó en el paradigma naturalista, tipo cualitativa, de carácter fenomenológico (Martínez, 1997) con apoyo en la hermenéutica y la Grounded Theory (Teoría Fundamentada) propuesta por Glaser y Strauss (1967) citado por Valles (1997). Las técnicas utilizadas para la recolección de los datos fueron la entrevista dialógica, la observación no participante y el grupo focal, los instrumentos fueron las guías de entrevista, dos fichas de observación y una guía para el grupo focal.

Resultados

La formación docente debe concebirse tomando en consideración el contexto real donde se desarrolla, considerando las estrategias de cómo accionar, para poder conseguir que los aprendizajes del profesorado sean efectivos en la aplicación del enfoque constructivista y más cuando se acepta la influencia en la práctica de aula de los componentes sociales, económicos, políticos y culturales en cada realidad históricamente determinada.

El componente cognitivo está referido a lo que piensa la persona. Consta de las percepciones, pensamientos y creencias que se tiene sobre el constructivismo. En el caso del profesorado implicó los marcos explicativos e interpretativos que aportaron los procesos de formación docente, además, las valoraciones (creencias) que se poseen sobre ella y sobre el constructivismo en sí, y cómo inciden esos conocimientos, pensamientos y creencias en la conformación de las actitudes del profesorado ante el constructivismo. A sabiendas de que en esas actitudes, influyen también los componentes afectivo y conductual.

En este sentido, según la opinión de los tres estamentos la formación del RLNM se orienta al constructivismo, es buena y válida para aplicar el mismo. El conocimiento sobre él, enmarcado en un carácter comparativo entre los tres estamentos, guarda correspondencia con el lugar que ocupa cada estamento en el proceso. Tal como afirmé antes: los formadores tienen un conocimiento satisfactorio. El profesorado refleja un dominio medianamente satisfactorio y el estudiantado poco satisfactorio. En conclusión, el dominio también está en correspondencia al nivel académico y la experiencia laboral de cada estamento.

En el profesorado se evidenció falta de correspondencia entre la formación recibida, la valoración positiva de la misma y su práctica educativa. Caracterizada por utilizar una mezcla de estrategias constructivistas y tradicionales, lo que se explica -en parte- por el peso de su biografía escolar, el perfil de ingreso, las diferencias en los contextos de la formación y la práctica, la socialización profesional, por falta de una formación continuada adecuada y de un acompañamiento cercano en sus primeros años de experiencia. Además, y peor aún, es la evidencia de que casi todo el alumnado que ingresa se gradúa, y quienes no lo hacen es por problemas de salud o de viajes. Es interesante que se pueda estudiar este aspecto en investigaciones futuras.

El componente cognitivo de la actitud configurada ante el enfoque constructivista en el profesorado -cuenta con una buena valoración- está condicionado por las características de la formación docente recibida. En conclusión, este componente incidió más de manera positiva que negativa para formar una actitud favorable ante el enfoque constructivista.

En tanto que el componente afectivo está envuelto en un dilema expresado en una ambivalencia de sentimientos. Las y los formadores, por un lado, expresan sentirse bien, además, comprometidos e ilusionados de que el constructivismo sea una realidad; por el otro lado, expresan sentirse mal y decepcionados. Señalan causas que aluden a asuntos administrativos, de exigencias de las autoridades y el predominio de decisiones educativas y administrativas que no responden a las demandas de la comunidad educativa. Lo que está generando malestar a las y los formadores. Estos análisis de las y los formadores se enmarcan en la línea de pensamiento planteada por Liston y Zeichner (1997), Delors (1995) y Freire (1970), quienes han coincidido en señalar que las y los docentes deben asumir una actitud crítica y cuestionadora ante la realidad de entorno.

De la misma manera, el profesorado en servicio, expresa sentirse satisfecho con el enfoque constructivista. Sin embargo, según las observaciones y percepciones, la investigadora concluye que existe, en parte del profesorado, un sentimiento de frustración y una situación de estancamiento. Permaneciendo en el sistema, a veces, porque no ven otra salida. De hecho el profesorado, alega desmotivación, debido a que no se toma en cuenta el desempeño profesional para reajuste salarial o posible ascenso. Además, plantean que son muchas las exigencias a las que están sometidos.

La expresión de “muchas exigencias” por parte de dos profesoras, puede explicarse por lo que Esteve (1997) denomina factores de primer orden como indicadores de malestar docente, entre los que señala el agotamiento del docente y la acumulación de exigencias sobre el profesor. Dentro de los denominados factores de segundo orden están la modificación en el rol del profesor y de los agentes tradicionales de socialización.

Ante estos planteamientos, las técnicas distritales, en representación de las autoridades educativas que participaron del grupo focal, respondieron negándolos. A diferencia de lo expresado por formadores y profesores, indican la realización de concursos para los nombramientos al margen del partido a que se pertenezca. En relación a la motivación, afirmaron que el profesorado, ahora más que nunca, está contento con el aumento que recibió, pero que dentro de poco tiempo estará igual de triste, que es sólo los primeros meses del aumento.

La actitud ante el constructivismo fluctúa entre quienes lo rechazan, aceptan a medias y los que lo aceptan. Los dos primeros casos constituyen expresiones y manifestaciones que no lo favorecen. Obviamente, en la medida que el componente afectivo es desfavorable, conlleva a una práctica educativa a nivel de aula condicionada -significtivamente- por la situación presentada. Sin embargo, debemos preguntarnos el significado que tuvo para ellos el componente formación académica, él siempre será fundamental.

Estas manifestaciones y expresiones constituyen un panorama que no es el recomendado para conformar actitudes positivas. Por lo que el elemento afectivo debilita la formación y desarrollo de actitudes favorables ante el enfoque constructivista.

Conclusiones

En el sistema educativo de la República Dominicana, es obligatoria la aplicación del enfoque constructivista desde 1995, año en que se oficializó en el currículo vigente. El constructivismo es un enfoque pedagógico, en tanto constituye una epistemología de tipo interacción-construcción, en la que el sujeto cognoscente lleva a cabo -de forma activa- el proceso de construcción del conocimiento.

Las actitudes positivas ante éste, por parte del profesorado, constituyen un desafío para el cambio de la práctica docente y la calidad de la educación dominicana. No será suficiente la disposición de recursos materiales y didácticos, sino se cuenta, con un profesorado identificado con su rol mediador para desarrollar procesos de enseñanza y aprendizaje.

Formadores y profesorado, valoran como válido y útil el enfoque constructivista, para el desarrollo de procesos educativos que construyan aprendizajes significativos. Con una influencia muy positiva en la formación profesional, contribuyendo con la construcción de conceptualizaciones que ofrecen al profesorado “…un marco para analizar y fundamentar muchas de las decisiones que toman en la planificación y en el curso de la enseñanza.” (Coll, 1997:20)

La valoración de la formación docente, enfocada en el constructivismo y la práctica educativa del profesorado, se presenta de manera contradictoria. Éste, a pesar, de que valora la formación docente como adecuada -dotándole de la teoría y el conocimiento conceptual necesario- utiliza estrategias inadecuadas en su práctica educativa, al margen de la formación recibida. A pesar del conocimiento y aceptación de las estrategias constructivistas, por parte del profesorado, éste muestra debilidades en su aplicación. Poniéndose de manifiesto falta de correspondencia entre lo que sabe, lo que hace y lo que es, es decir, entre la formación, su práctica y la actitud asumida.

En el profesorado se expresan insatisfacciones y malestar, como resultado de sentirse ignorado, no tomado en cuenta, no escuchado y no expresado en los cambios puestos en ejecución de parte del sistema educativo dominicano, a sabiendas, de que su falta de involucramiento afectará la efectividad de los cambios propuestos. Debe considerarse lo planteado por Hargreaves (1999), en el sentido, de que el profesorado constituye la clave del cambio educativo y el éxito de la escuela, para lo que requiere, no solamente estar capacitado, sino sensibilizado e identificado con una actitud y conducta favorables. Por consiguiente, debe considerarse la participación del profesorado, fundamental en la implementación de los cambios y el éxito de los mismos.

El componente afectivo ha incidido profundamente, afectando la formación de actitudes favorables ante el constructivismo, generando falta de una identificación plena con éste. La importancia de este componente, radica en su condición de poseer la mayor carga subjetiva -y junto al cognitivo- convergen los factores que constituyen la historia de vida de cada profesional; o sea, sus primeros años como estudiantes, cultura organizativa de la escuela, y las expectativas sobre el trabajo docente de parte del sistema y de la sociedad.

En la práctica del profesorado, prevalecen aquellas estrategias de tipo tradicional, donde se manifiesta la debilidad al asumir el rol de guía y mediador, propio del enfoque constructivista. El rol que asume debe considerarse un reflejo de sus creencias, de sus pensamientos, de la concepción que tiene de la vida misma; de los sueños e ilusiones, de la identificación con lo que hace. En definitiva, su rol manifiesta su filosofía de vida, lo que se conjuga también, en los elementos cognitivo y afectivo de la actitud.

La realidad del contexto educativo actual -en detrimento al componente cognitivo- es decir, las condiciones en las cuales tiene lugar la práctica educativa del profesorado, en espacio físico, características de la comunidad educativa, la presión del grupo de compañeros, la adecuación al grupo, influye de manera determinante en sus actitudes y por consiguiente, en su proceso de asimilación y adaptación al entorno. Además, incide la política de Estado y del sistema educativo; la valoración del docente y su trabajo por parte de la sociedad; las condiciones propias del trabajo docente, con aulas sobre pobladas, carentes del mobiliario adecuado al igual que recursos didácticos; sumado a esto la desmotivación por parte del profesorado.

En la conformación de las actitudes el elemento conductual incide de manera determinante, afectando o neutralizando el cognitivo. A su vez, el componente conductual estuvo limitado en su incidencia sobre la formación de las actitudes, guardando relación, en este aspecto, con la condición dada por el afectivo, y como consecuencia directa en ambos -cognitivo y conductual- se expresa un efecto negativo.

El cambio en el sistema educativo, solo se logrará con el involucramiento y la consiguiente identificación del profesorado, con una actitud cognitivamente favorable, lo cual no es posible con afectos, emociones y una práctica mediatizada por un rol y una actitud desfavorables. El cambio requiere la unificación de criterios y opiniones de todas y todos los actores, fundamentado en vocaciones y voluntades, contrarrestando la resistencia asumir responsabilidad en la transformación del sistema educativo y de la sociedad dominicana.

La formación docente debe fortalecer en su estudiantado la reflexión, autoevaluación y la metacognición constante de lo que hace y ocurre en el aula; a la vez trabajar en el diseño de un programa de formación enfocada en el paradigma constructivista, reflexivo del compromiso con la sociedad y la nación. Además, replantear la formación continuada como un proceso de actualización constante y controlada que registre una historia profesional sistemática, obligatoria, para permanecer en el sistema.


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